Las técnicas de construcción de edificios han ido evolucionando a medida que los avances técnicos han permitido mejorar tanto la manera de construir como el acabado final de las construcciones. Mejorar el aislamiento, térmico y acústico, ha sido y sigue siendo uno de los objetivos prioritarios de todos cuantos, en cualquier rama de actividad relacionada de una forma u otra con la construcción, participan en este sector. Los huecos en la fachada, elementos fundamentales de toda construcción, son los puntos más vulnerables en este objetivo de aislamiento y sobre ellos se ha centrado una gran parte del esfuerzo innovador de las empresas de tecnología de la construcción. Conseguir grandes huecos en fachada sin perder por ello capacidad de aislamiento, es el gran reto de la moderna técnica construcctiva, que pone al servicio del usuario una amplia variedad de posibilidades. El aluminio es un material utilizado de forma masiva en las modernas construcciones. Sin embargo es necesario señalar que, como material metálico, presenta una característica que resta eficiencia en la batalla por conseguir el ansiado aislamiento: la alta transmitancia termica (magnitud que expresa la cantidad de energía térmica que atraviesa un material por unidad de tiempo). Quiere decir esto que el aluminio convencional permite el paso del frío o del calor con mucha rapidez en relación a otros materiales (como por ejemplo la madera cuya trasmitancia térmica es más baja). Por ello, desde hace unos años, los investigadores se pusieron manos a la obra con el fin de eliminar este grave problema de un material, que por otra parte presenta tantas ventajas para la construcción, como su resistencia a agentes atmosféricos, su versatilidad en el uso, su facilidad de fabricar elementos, su ligereza y robustez y su facilidad para ser reciclado.
De estas investigaciones surgió la idea de romper el puente térmico que facilita la trasmitancia de temperatura en el aluminio convencional intercalando entre los perfiles de aluminio un material altamente aislante, que impidiera esa comunicación térmica en el metal. Nació de esta forma el conocido como sistema de Rotura de Puente Térmico, (RPT). Los perfiles de aluminio de este sistema llevan juntas aislantes de poliamida y fibra de vidrio intercaladas en el material, de forma que la parte diseñada para ir al exterior, nunca tiene contacto directo con la parte diseñada para estar en el interior. Así, se consigue mejorar de forma sustancial el aislamiento, tanto térmico como acústico del aluminio. Este sistema, además, permite la posibilidad de elegir, para una misma pieza (una puerta o una ventana por ejemplo) dos colores diferentes, uno al exterior y otro en el interior. El actual Código Ténico de la Edificación, impone obligatoriamente una serie de características físicas a los cerramientos de huecos teniendo en cuenta las distintas zonas climáticas en las que dicho Código divide a España, siendo las más frías designadas con la letra E y las más cálidas con la A. |
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En este mapa orientativo se pueden observar las diferentes zonas climáticas en las que se divide España, si bien, cada una de las provincias tiene sus propias áreas climáticas al existir grandes contrastes en una misma provincia. Granada, por ejemplo, tiene en su zona costera una exigencia de aislamiento baja y máxima en su zona de alta montaña.
Para cualquier duda referente a la clasificación, consúltenos.
No todos perfiles de rotura de puente térmico cumplen las exigencias de transmitancia térmica para todas las áreas climáticas, pero siempre hay uno para cada necesidad de aislamiento. Déjese asesorar por profesionales. |
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